Reseña Dark Prince Road Serie (O cómo los cuentos clásicos se pusieron oscuros, guapos y un poco dramáticos)
¡Ay, Dark Prince Road Series! Esta trilogía me ha tenido enganchada como si estuviera viendo una telenovela con príncipes malditos, chicas badass y más tensión romántica que en una boda con exs invitados.
Desde el primer libro, un retelling oscuro y adictivo de La Bella y la Bestia, supe que estaba ante algo distinto. Nada de tazas cantantes o vestidos amarillos aquí. Lo que encontré fue una historia con un "beast" muy poco Disney, mucho más atormentado (y más guapo, todo sea dicho), y una protagonista que no se deja pisotear por nadie. Puntos extra por eso.
El segundo libro reimagina a Cenicienta, y no, esta no pierde un zapato, pierde la paciencia. Y la entiendo. Este volumen mantiene el tono oscuro, pero mete más crítica social y una protagonista con más carácter que las telenovelas turcas. Me gustó mucho, aunque reconozco que lo leí pensando: “Vale, muy bien, pero ¿cuándo sale Oliver?”
Y ahí llega el tercero. Mi favorito. Porque OLIVER. Qué maravilla de personaje. Desde el minuto uno me robó el corazón, el interés lector y probablemente también el sueño. Este retelling de La Bella Durmiente le da una vuelta genial a la historia: aquí nadie espera que la princesa se despierte con un beso tonto, aquí hay acción, secretos y Oliver. Ya lo dije, ¿no?
Ahora bien, seamos honestos. Aunque me ha gustado mucho la trilogía, tenía las expectativas por las nubes. Como en plan: “esto va a ser mi nueva saga favorita y voy a comprar merch aunque no exista”. Y bueno… no estuvo mal, pero no fue ESA trilogía. Ya sabéis, la maldición de las expectativas altas. Aun así, me lo pasé genial leyéndola, y no descarto volver solo por disfrutar de las indirectas, el sarcasmo y los momentazos que me hicieron soltar carcajadas en mitad de la madrugada. Gracias, Oliver.
¿Recomiendo la trilogía? Sí, sí y mil veces sí, sobre todo si te gustan los cuentos clásicos con un giro, romance con tensión bien servida y personajes que te dan ganas de darles un abrazo… o una colleja, dependiendo del capítulo.
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